Las Cabinas de Seguridad Biológica o de Bioseguridad son equipos diseñados para minimizar los riesgos inherentes al trabajo con agentes asignados a niveles de bioseguridad 1, 2, 3, o 4.

Ahora bien, si reflexionamos sobre el sentido de concepción de las cabinas de bioseguridad y el propósito para el cual han sido incorporadas a nuestro ámbito laboral, veremos que su aporte es muy valioso y hasta imprescindible por la protección que nos brinda en nuestro campo de trabajo. Pero…

¿Podemos garantizar que realmente dicha protección se está cumpliendo?

La protección que brinda un equipo de seguridad biológica responde a un conjunto de prácticas asociadas que, al realizarlas correctamente, nos permite contar con un margen de protección asegurada.

No obstante los procedimientos estandarizados para el buen uso, la correcta instalación de los equipos, y los procedimientos de limpieza, estas cabinas requieren un mantenimiento periódico que permita sostener en el tiempo resultados confiables en los procesos.

Ensayos iniciales

Existen distintas instancias de calificacion a un equipo crítico de laboratorio, como ser:

Calificación de Diseño (DQ), de Instalación (IQ),  de Operación (OQ) y de Funcionamiento o Performance (PQ).

Estas calificaciones representan una instancia de verificación de cada una de las etapas, y en su conjunto aplican a un plan de validacion y mantenimiento de un equipo en uso, implicando un plan de acciones tanto preventivas como correctivas y una mejora continua que permita la optimización del funcionamiento y de los procesos que se lleven a cabo.

Todas estas etapas son consecutivas y se debe considerar aprobada la antecesora para avanzar al paso siguiente.

Las calificaciones constituyen un sistema planificado y abierto que permite la incorporacion de todos aquellos ensayos que si bien no especifique la normativa pueden ser realizado con el propósito de verificar un parámetro determinado para la actividad del laboratorio, o bien para asegurar la calidad y confiabilidad de los resultados.

Parte del mantenimiento de un equipo de bioseguridad, está constituido por una serie de ensayos que deben realizarse en forma periodica, de manera tal que los resultados demuestren el buen funcionamiento del equipo y permitan, en los casos requeridos, optimizarlo.

Ensayos periódicos

Una vez que la CBS esté operando regularmente se debe cumplir con un plan de recalificacion de funcionamiento (PQ) que generalmente se realiza con una frecuencia semestral o anual, dependiendo de la clase y uso del equipo.

Estos ensayos deben contemplar la verificación del estado, operación y funcionamiento de cada uno de los componentes críticos del equipo, y de aquellos que no siendo críticos se consideran de impacto directo a la calidad del producto y/o proceso.

Plan de mantenimiento

Dentro del plan maestro de validaciones (PMV) general de la planta productiva y sectores asociados, debe existir un item que establecerá el plan de mantenimiento.

Este será un documento de ingeniería, al cual tendrá acceso el personal de calidad.

El mismo deberá contener en forma clara y precisa, la frecuencia y vencimiento de las calibraciones de los componentes, los ensayos requeridos para la calificación con los parámetros y rangos de aceptación, listado de repuestos críticos, mediciones técnicas requeridas para el correcto funcionamiento del equipo, etc.

La planificación de las tareas de mantenimiento deberá realizarse por el personal  responsable del sector, e idóneo en cada tarea, pudiendo subcontratar el servicio con empresas especializadas.

Validación y mantenimiento de equipos de bioseguridad

Cuando se encuentren parámetros fuera de rango, estos deberan registrarse, ajustarse, volver a medir, y registrar el resultado final. De esta manera se podrá contar con un histórico de inconvenientes y soluciones que podrá ser utilizado para problemas similiares con otros equipos o bien para mejorar el funcionamiento de la cabina.

La bioseguridad es un conjunto de prácticas que permiten trabajar en un ámbito de protección confiable.

Pero no basta con el conocimiento general y los procedimientos escritos, éstos deben ser aplicados al trabajo cotidiano y de forma constante.

Generar conciencia en los operarios y capacitarlos en las buenas prácticas de operación del equipo, son herramientas básicas e indispensables para el desarrollo de una actividad segura.