Un equipo de flujo laminar básicamente constituye un espacio, el cual, mediante un tratamiento específico del aire, permite trabajar en una zona con un control estricto de partículas no viales.

Este tipo de equipos se utilizan para determinados procesos donde se necesita extremar el control de contaminación, por ejemplo, en procesos de llenado con producto expuesto.

Cabe aclarar, que el propósito resulta en la protección al producto y /o proceso pero no al operario, con lo cual se debe considerar con qué se va a trabajar de manera tal que permita la selección del equipamiento adecuado, sin riesgos para la operación no para el personal que opera.

Normalmente, estos sistemas son utilizados para procedimientos de control microbiológico, proceso de envasado, llenado estéril, etc. pero de ninguna manera deberán utilizarse para procesos en los que intervengan cepas de agentes biológicos contaminantes, sean estos conocido o no. Para estos casos existen las cabinas de seguridad biológicas, preparadas para la protección del producto / proceso, del operario y del entorno.

Para entender el propósito de los equipos de flujo laminar, es necesario considerar su funcionamiento, y el espacio físico donde estará emplazado.

Muchas veces se cuenta con gran tecnología que no es usada con los procedimientos adecuados y viceversa, cuando la tecnología no es la adecuada, o es obsoleta, existen procedimientos que contribuyen a la seguridad y control de la contaminación.

En primer lugar debemos considerar que se requerirán zonas extremadamente limpias siempre que se trabaje con productos o proceso con requisitos de cierto grado de esterilidad. Estas zonas están constituidas por sistemas que trabajan bajo un patrón de flujo laminar.

La laminaridad se genera gracias a una velocidad constante en la salida del aire que permite homogeneizar la distribución en el lugar de trabajo. Esto es posible gracias a la colocación de filtros HEPA como paso previo a la salida de aire. Sin embargo considerar una sala completa con filtros de estas características resultaría sumamente costoso, y la pregunta que debemos hacernos y si realmente necesitamos toda la superficie cubierta con filtros HEPA. Si bien estos sistemas pueden diferir en algunas características constructivas, el mantener un flujo de aire laminar constante es fundamental para el objetivo. Por lo que resulta que podríamos reducir la exigencia a una zona limpia o ultra limpia, en vez de pensar el área completa bajo esta condición.

Existen dos fuentes principales de contaminación en un área con requerimiento de control específico, éstas pueden ser externas (asociadas al medio ambiente), e internas (producidas dentro del área ya sea por el personal o el por el tipo de trabajo). En el caso de las primeras, la reducción de la contaminación se logra con las distintas etapas de filtrado por el que debe pasar el aire del exterior hasta llegar al ambiente. En el caso de las segundas, es preciso trabajar sobre procedimientos estrictos, tanto para el desarrollo de la actividad como para la limpieza, incluso considerando los posibles eventos.

Los equipos de flujo laminar, en este caso, contribuyen a la recirculación de un aire limpio en el ambiente donde se encuentran, siendo que tienen un trabajo continuo de renovación del aire. No olvidemos que lo toman de su entorno, lo filtran y lo devuelven al ambiente con una etapa extra de filtración absoluta, y este proceso es constante.

El ser humano es una de las fuentes de contaminación biológica más importante, a través de su sistema respiratorio y de su piel. Muchas de las partículas aerotransportadas son portadoras de microorganismos, pero aún si conociéramos la cantidad total de partículas por volumen de aire, sería imposible saber cuáles de ellas portan microorganismos. Por este motivo, se tomará la premisa de reducir la concentración de partículas en el ambiente de manera global y total.

En el caso de los equipos de flujo laminar, la velocidad de salida del aire, en forma constante, continua y de distribución homogénea a través de filtros HEPA, permite desplazar las partículas generadas en la zona de trabajo causando un efecto de barrido hacia afuera de dicha zona. Este mecanismo logra un espacio de trabajo de grado A con un número muy bajo de concentración de partículas de diferentes tamaños.

Ahora bien, si entendemos que el sistema de flujo laminar nos proporciona una zona de trabajo libre de partículas contaminantes, que además, el entorno de emplazamiento se verá beneficiado con el uso continuo, tanto como el uso de un entorno controlado resultará ventajoso para la operatoria del sistema, podemos considerar que muchas veces las fallas asociadas al funcionamiento de los equipos se dan por la forma en que se usan.

El equipo de flujo laminar, no es un mueble de guardado, ni un escritorio, ni un receptáculo para residuos, sino una herramienta de trabajo crítica, por lo que resulta importante proporcionarle los cuidados y mantenimientos adecuados para que permita trabajar con resultados consistentes durante toda su vida útil.