Un animalario, es el lugar donde se encuentran los animales que están destinados para la experimentación de laboratorio, con fines de diagnóstico e investigación.

Se tiende a pensar que los animales de laboratorio se reduce al uso de ratones o ratas, y sin embargo la diversidad de especies para experimentación es tan grande que requiere que al pensar el diseño de tal espacio, debamos tener en cuenta con qué animales se trabajará, de manera que el tratamiento que reciba sea el adecuado.

Que un animal sea objeto de experimentación, implica la implementación de prácticas se seguridad, tanto para el ser humano que estará en contacto con la especie, como así también para el animal como objeto de estudio.

Una de las cuestiones que se debe comprender en este aspecto, es que el animal no debe sufrir, para lo cual se le deben proporcionar y garantizar las condiciones adecuadas de alojamiento, considerando la ventilación, el confort térmico, las condiciones de iluminación y el nivel de ruido tal que no afecten a su comportamiento.

Consignar el espacio suficiente en las jaulas, evitar la mezcla de especies de distintos requerimientos dentro del mismo recinto agrupados, brindar las condiciones de nutrición necesarias como así también lo que respecta a la higiene y el control de enfermedades.

Los procedimientos para el manejo de los animales y las técnicas para la inoculación, deben ser estrictas, y ajustadas a una política de disminución de las acciones negativas, como el dolor y el estrés para el animal.

Existen reglamentaciones al respecto que deben ser cumplidas para evitar el sufrimiento innecesario durante la experimentación.

Considerando estas cuestiones, al diseñar un animalario, tendremos la capacidad de ofrecer las características adecuadas para cada caso, y propiciar espacios seguros.

Los lugares destinados al alojamiento de los animales para laboratorio, deberán ser locales independientes, separados físicamente del laboratorio de ensayos.

Para poder abordar las necesidades de cada animalario se deberán considerar los siguientes factores, según establece la OMS:

• Microorganismos a investigar: existen cuatro niveles de bioseguridad para animalarios, los cuales se clasificarán de acuerdo al grupo de riesgo al que pertenezcan los microorganismos investigados.

• Agentes patógenos a utilizar: vías de transmisión, volúmenes y concentraciones a manejar, vía de inoculación, etc.

• Tipo de animales a utilizar: considerar el grado de agresividad de los animales en estudio, zoonosis a las que son susceptibles, posibilidad de diseminación de alérgenos, etc.

Exactamente como en el caso de los laboratorios de bioseguridad humana, los requisitos de diseño y equipamiento, son más estrictos cuanto mayor es el nivel de seguridad biológica requerido.

Como veremos en el cuadro siguiente, los niveles de bioseguridad se relacionan con el grupo de riesgo al que pertenece el microorganismo, siendo los niveles 1 y 2 los menos críticos y los niveles 3 y 4, los de mayor peligrosidad.

Cabe aclarar que las características de cada nivel son acumulativas al nivel siguiente; así por ejemplo el nivel 2 tendrás todas las características del nivel 1 más las específicas para la contención de su grupo de riesgo.

El sistema de hvac, tiene su propósito en garantizar tanto los requerimientos de confort, consignando los valores de temperatura y humedad ambiental adecuados, así como también deberá considerar los rangos aceptables de trabajo para los parámetros críticos para la contención, como son, los caudales que permiten mantener una tasa de recambios de aire, y las presiones diferenciales, asegurando la dirección del flujo de aire en el sentido correcto evitando la inversión y la caída de presión a cero.

Las etapas de filtración contribuyen a mantener un aire libre de partículas que provengan del exterior, entendiendo que en los animalarios, sobre todo cuanto mayor es la exigencia y la contención, no deberán recircular el aire que es inyectado en el ambiente. Cabe la aclaración de que en los casos que se manejen aerosoles o se desconozcan las formas de transmisión y demás características de los microorganismos, el aire de extracción solo se podrá liberar al exterior con una etapa previa de filtración con HEPA, de 99.99% de eficiencia.

Los accesos, tanto al laboratorio como al animalario serán restringidos a personas autorizadas y capacitadas en el conocimiento de las técnicas microbiológicas, de bioseguridad, y contención. Al aumentar el nivel seguridad biológica se deberán considerar las condiciones de inmunización del personal afectado a la operación en el laboratorio, así como la vigilancia médica de su salud.

En los casos críticos, se deberá contar con esclusas de ingreso y egreso bien diferenciadas, teniendo en cuenta que la etapa de vestuario “sucia”, a la salida, deberá tener un espacio para el lavado de manos y ducha, evitando propagar la contaminación a las demás estancias del edificio.

Para el manejo de los materiales, se dispondrá de una autoclave, lo más cercana al animalario de manera tal que quede contenido el riesgo biológico. Cuando se trate del niel máximo de seguridad, N4, la autoclave será de doble puerta, para evitar el paso de material contaminado. En estos casos, los animales deberán ser alojados en jaulas con tecnología de aisladores.

Algunas alternativas como la simulación y los sistemas biológicos in vitro, están buscando el reemplazo de los animales de laboratorio para ensayos de rutina, sin embargo cuando es imprescindible el trabajo con animales vivos, se deberían llevar a cabo los procedimientos con la menor cantidad de individuos de una misma especie, procurando técnicas que reduzcan al mínimo el sufrimiento del animal, y esto solo puede lograrse conociendo a la especie para el estudio.

 


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